5 Herramientas básicas para iniciar en lettering

Cuando tenía como 9 años de edad una amiga del colegio me enseñó a dibujar y a colorear unos tipos de letras que ella había inventado (luego hago un post-nostalgico y dibujo las letras según recuerde) Ese interés de ella termino por ser una inception en mi que eventualmente despertó como un mostro con patas, colas, garras y dientes…

Ok, ok, sin patas de mas, ni garras ni colas. Pero un mostro pues. Tampoco asusta mucho… Todavía.

Así que sin muchos más previos, les comento las herramientas que por lo general utilizo más a la hora de dibujar letras. No son indispensables, pero destapar una cerveza con una motosierra tampoco es mi idea de hacer un trabajo bien.

Lapices.

Lápices

Sé que quizá a alguien le parezca esta entrada es un poco obvia, pero al comienzo yo no sabía para qué son muchas cosas que hoy doy por sentado, así que me voy a tomar un tiempo acá.

Al comienzo no importa tanto el tipo de lápiz como la motivación de querer dibujar, así que cualquier lápiz hará la tarea. Eventualmente, te vas a acabar todos los lápices de tu casa, y vas a tener que comprar unos nuevos. Puedes comprar unos lápices de madera tradicionales, o uno mecánico (es un portamina con una mina de 2 mm de grosor). Yo en lo particular soy maniático de afilar el lápiz, y por eso prefiero el lápiz mecánico. Tambien que las minas del lápiz mecánico cuestan la mitad de lo que cuesta un lápiz de madera, y a mi me duran mucho más.

Los lapices vienen con una clasificación según qué tan oscuro escriben. 7H es muy claro, HB es el punto medio y 7B es muy oscuro. Yo en lo personal uso 2H para los bocetos, y 2B para repasar los contornos de las letras.

Sacapunta/Borrador

Sacapuntas Borrador

Honestamente no sé porque puse el borrador y el sacapuntas en el mismo ítem 🙂 Acá la recomendación igual que la anterior. Usa las herramientas que tengas a mano hasta que se dañen, o se agoten, y después compra algo bueno. Si le agarras el gusto, vas a tener una herramienta de calidad que te va a acompañar por varios años. Si al final decides que lo del lettering no es lo tuyo, al menos te va a quedar cosas para el resto de la vida. Yo estoy enamorado de los sacapuntas Steadler (en la imagen se ven 2, el de metal que está más a la derecha, y el que es un cilindro azul, que es para los lápices mecánicos). Es cuestión de gustos, y de presupuestos. En cuanto a los borradores, la goma que usa Steadler se me hace que es un poco rígida y plástica, así que es cuestión de probar.

Plumas/Plumillas

Plumas

La plumilla es un tema de divorcios para algunos porque es un un mundo de por sí, y existen millones de marcas y miles de millones de modelos. Te puedo adelantar que algunas herramientas facilitan MUCHO el trabajo. Por lo menos, la pluma que está más arriba en la foto anterior se llama Parallel, y yo la uso para escribir letras Góticas, y la verdad no se me ocurre otra forma de hacerlo más rápido. También he hecho letras Góticas a lápiz, y en ese punto te das cuenta de lo práctico de una plumilla Parallel.

Los Sharpie son una opción económica de marcadores, vienen en muchísimos colores, y se consiguen hasta en las farmacias. Yo los uso para rellenar áreas grandes rápido, o para dibujar contornos.

Pinceles

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Los pinceles no son estrictamente necesarios para hacer lettering, pero son un buen complemento cuando se quiere hacer caligrafía casual, o cuando se quiere adornar una pieza en la que estés trabajando.

Yo no tengo muy buena muñeca, y siento un poco más de confianza con los pinceles de cerdas duras. En la imagen puedes ver dos «pinceles de agua» que son parecidos a un marcador, pero en vez de tener una punta de fieltro dura, tienen una punta de cebras. Se llenan de agua, y se usan para pintar con acuarelas.

En la foto se ve un pincel de agua a la izquierda al que en vez de agua lo llené con tinta. Honestamente cuando lo hice fue más o menos por error, pero después vi que es muy práctico tener un pincel de tinta.

Conclusiones

El lettering es un arte muy noble que permite ser ejecutado con cualquier cosa que tengas a la mano ya sea un bolígrafo, un pedazo de carbón o el mundo, «lo que importa es hacerlo, y lo segundo es hacerlo bien» (de R. Acosta)